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Hace ya unos meses que Patricia me habló de un blog que acababa de iniciar titulado Chocholate, con subtítulo: La común está abierta, looking for references! Me invitó a postear, pues es algo abierto, y que busca referencias de cualquier cosa (teórica y/o práctica) desarrollada desde la perspectiva de género, la construcción de la identidad...vaya,  las teorías feministas...La cuestión es que ella estudia un master de Género, yo hace poco fui coautora de este artículo, y esta propuesta de Patri es una forma colaborativa de continuar investigando estos (o desde estos) temas, al estilo master DIWO.


Si alguien se pregunta por el título, yo lo atribuyo, además de al humor gaditano de Patri, al impulso del propio cuerpo a querer investigar, porque es en los propios cuerpos donde se siente el conflicto, cercano, interior, concreto, y es desde ahí desde donde se quiere construir conocimiento. El conflicto entendido como algo natural (todo lo que está vivo interactúa y en la interacción hay conflicto) y a la vez como oportunidad de innovación.


En la barra derecha de este blog hay un enlace directo a cada último post escrito en Chocholate, junto al resto de microblogs de referencias que colecciono. De vez en cuando pondré aquí parte de las reflexiones que van provocando las referencias en Chocholate, simplemente por ser cosas que quiero tener especialmente presentes, como las del último post, en busca de los orígenes del patriarcado desde el materialismo histórico:




Decidí leer “El segundo sexo” de Simone de Beauvoir ante la necesidad de entender el origen del patriarcado, en un momento en que empecé a ser consciente de que la gran mayoría de los conflictos que se producen en mi realidad cotidiana, son, en su base, consecuencia de este modelo histórico de construcción social. Es algo que afecta a todo, y que, aunque sobra decirlo aquí, va mucho más allá de la relación entre sexos. Es algo que construye, también, y entre otras cosas, nuestros sistema económico. Por eso a muchas no nos dice nada (bueno) todas esas políticas de igualdad: ¿Igualdad en qué, en el modo patriarcal de valorar y hacer las cosas?
No he terminado de leer el libro, pero quiero ir reescribiendo en este blog algunos extractos. Comienzo con parte del capítulo III, donde de Beauvoir analiza la condición de mujer a lo largo de la historia desde el punto de vista del materialismo histórico. En realidad analiza las investigaciones de Engels a este respecto para llegar a los conclusión de que no es suficiente este punto de vista por sí sólo para explicar por qué la mujer siempre ha sido el sexo dominado. Defiende que no es suficiente porque la estructura económica de las sociedades y las técnicas que las han desarrollado, teniendo un papel fundamental en la construcción social, no pueden explicarse sin ciertas condiciones primigenias, naturales del ser humano, que, para de Beauvoir, desbordan al  homo oeconomicus. Estas condiciones serían:

 -La necesidad del ser humano de definirse como sujeto singular, autónomo, no dependiente ni del clan ni de la naturaleza.
-El deseo de trascendencia de sí mismo (a través de su patrimonio?).
-El deseo de dominación sobre lo otro, ya sea el otro sexo, la otra tribu, los animales, o la naturaleza.



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