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El penúltimo día del SOPA´14: Congreso Internacional sobre Educación y Socialización del Patrimonio en el Medio Rural, nos dimos un baño en las aguas termales de As Burgas, ciudad de Ourense. Es allí donde, desde mi punto de vista, vimos y fuimos parte de una escena que condensó en un mismo lugar las diferentes formas de construir y gestionar lo patrimonial o, como a mi me gusta entenderlo, lo común que a una comunidad le importa. Explorar esas distintas formas, cuestionarlas, retroalimentarlas...es el objetivo del SOPA, un congreso que pone el foco en las iniciativas que surgen desde movimientos sociales.

La escena sucedió en un lugar que hoy es entorno urbano, pero la discusión entre lo rural y lo urbano la dejo para otro día. También dejaré para otro día hablar de lo relevantes que me parecen los estudios que tratan de des-patrimonializar el patrimonio, por su origen y sus modos de hacer oficiales en general tan heteropatriarcales. En este post lo que trato es de aclararme un poco más sobre esas formas diferentes de entender la socialización y el patrimonio y sobre cómo eso se materializa en nuestras vidas y en los territorios que habitamos (y viceversa).
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La imagen satélite superior corresponde a la zona As Burgas. En amarillo, el área correspondiente a un yacimiento arqueológico termal junto al centro de interpretación de las historias de este lugar. En azul turquesa, el área correspondiente a los actuales baños termales, acondicionados para uso público gratuito. En morado, la Rúa y la Plaza Burgas que aquel día formó parte del bicipaseo patrimonial dentro de las actividades de la fiesta histórica A Bela Auria, procedente de la iniciativa de asociaciones locales.

Mi punto de vista en esta escena era el de una turista dándose un reconfortante baño termal en las piscinas acondicionadas para tal fin. A un lado podía ver el yacimiento arqueológico considerado desde las fuentes oficiales el primer asentamiento permanente de la ciudad de Ourense. Al otro lado podía ver la plaza Burgas que fue una de las paradas del bicipaseo, lo cual permitió, a los que estábamos a remojo, escuchar las narraciones que los organizadores de A Bela Auria daban de las historias de este lugar, en especial la de Os Graxos da Burga. Fue posteriormente, conversando con uno de estos organizadores, cuando también descubrí que para algunos éste no es el origen de la ciudad.
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Las Burgas tradicionalmente han sido tres fuentes termales: la Burga de Arriba (s.XVII), la Burga do Medio y  la Burga de Abaixo (s.XIX) que a lo largo de la historia han sido usadas de diferentes maneras.
El yacimiento de baños termales, que visitamos antes de darnos el chapuzón, fue descubierto en el s.XIX y es de origen romano.  Una pared recrea los estratos encontrados. La cartelería explica algo sobre los primeros usos romanos: la “balnea”, el “hipocausto”... y nombran los materiales que conforman cada estrato, junto a su época. Por despiste no fuimos al centro de interpretación donde, en principio, cuentan las historias que van detrás de cada uno de esos estratos o materiales. Seguro que me hubiese enterado de muchas más cosas pero me pregunto porque esa información no está integrada en esta pared de estratos. ¿Por qué sólo información sobre su materialidad? A la mayoría de las personas nos captan los relatos, no las listas de materiales. Relatos conectados con su materialidad, eso si. Luego está también esa cosa de mirar un yacimiento desde el otro lado de la valla que te impide el paso. Con todas estas circunstancias la duración de la visita fue realmente corta.
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Algunas de las personas asistentes al congreso se dedican profesionalmente e investigan la gestión social de estos yacimientos arqueológicos. Entre sus estrategias estarían desde ofrecer formas más experienciales de recorrerlos (visual, olfativamente...) con las que vayas descubriendo cosas conforme lo recorres, a formas de permitir la implicación de las personas interesadas durante los procesos de excavaciones pudiendo participar en ellos. Aquí aparecen algunas fuentes de conflicto que nos suenan: algunas empresas de arqueología reniegan de estas formas de socialización, considerando que desprestigia la profesión, que los “voluntarios no profesionales” son mano de obra barata.

Pero la controversia no sólo está entre los arqueólogos. En el congreso había antropólogos con una forma de entender la gestión de lo patrimonial como algo que se construye y se resignifica contínuamente, lo cual implica trabajar sobre conceptos, pero no sólo, y en cualquier caso lo ético es resignificarlo desde la sociedad, desde el estudio de lo que una comunidad en un momento dado considera su patrimonio. Una disciplina tiende más al trabajo con lo material y otra al trabajo con los conceptos. A unos les sobraba tanta conceptualización y a otros tanta materialización. Al parecer es una vieja discusión entre disciplinas, superado por muchos antropólogos y arqueólogos, pero que de alguna manera sigue en el aire, sigue en las propuestas que vienen de unos y otros. Será porque antaño la separación era muy grande entre algunas corrientes de estas disciplinas:

“Pedir a los antropólogos que se preocupen por la cultura material es ir contra la corriente dominante.El objeto material simplemente no existe para unos y es despreciable cacharrología para otros...
Las explicaciones de esta actitud pueden ser muy distintas. Podemos decir, justificándonos que los arqueólogos tratan con objetos y nosotros con conceptos...
Existe también un temor hasta cierto punto razonable: que la objetificación propia de los museos acabe cosificando a la disciplina,...merme el carácter experimental de la investigación pura…”
(Carretero Pérez, Andrés (1996) Antropólogos y museos etnográficos)

Esta dicotomía está más superada en la tradición antropológica o arqueológica americana e inglesa. Hace poco que leo a Tim Ingold (gracias Ester!) y conocí más personas en el congreso para las que es un referente. Lo primero que leí de este autor trata directamente este tema:

“Mi propósito, en este capítulo, es sintonizar las perspectivas de la arqueología y la antropología centrándome en la temporalidad del paisaje….
El conocimiento nacido de esta práctica está, pues, a la par con el que nace de la actividad práctica del habitante nativo y que es el que el antropólogo busca aprender y comprender participando en él. Tanto para el arqueólogo como para el habitante nativo, el paisaje cuenta - o mejor dicho, es - un relato, una «crónica de la vida y el habitar»
(Ingold, Tim (2000) The perception of the Environment. Borrador de traducción por Ester Gisbert Alemany)

No soy especialista en ninguna de las dos materias, aunque mi forma de  desarrollar la arquitectura hace que me acerque bastante a estos dos campos de estudio. Así que, como visitante extranjera y como arquitecta con dichas inquietudes, desearía que en As Burgas el propio paisaje narrase más, no sólo en el yacimiento arqueológico, claro, y que lo hiciese de diferente forma: a través del sumatorio de diferentes voces, del planteamiento de preguntas y controversias y no sólo de verdades... Cómo se plasma esto en el paisaje requiere añadirle a ese profesional una buena dosis de actitud de diseño. Seguramente requerirá experimentar y salir de las fórmulas establecidas o tímidas. El proyecto ROJO PAQUIMÉ, de PKMN, puede ser un ejemplo de intervención que fomenta la diversidad en las formas de acercarse a, o interactuar con, un paisaje histórico patrimonial.

Pero volvemos a la escena de partida, ahora ya en la piscina termal de uso público, resultado de un proyecto de intervención en la zona llevado a cabo en 2009, y que incluía además de la piscina, las labores de excavación arqueológica comentadas y la peatonalización de la zona. Porque antes de la intervención As Burgas se habían convertido en una selva:
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(imagen izquierda cedida por el blog Ourense no tempo)
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A la izquierda As Burgas a principios del siglo pasado, a la derecha en la actualidad. Pongo de manera intencionada esta foto de la actualidad y no una más estetizada de las piscinas, porque me sirve para explicar una de las cosas que más me hizo disfrutar del baño, después de la temperatura del agua, fue lo integrado que esta actividad está en la vida urbana de alrededor. Una barandilla fina separa la plaza de la piscina, siendo el material del suelo contínuo. Esta visibilidad, esta integración en el paisaje no es habitual en las piscinas públicas.

Podríamos decir que esta intervención entra dentro de esa forma de entender el patrimonio como un recurso público que ofrece usos para el disfrute contemporáneo, revalorizando una zona durante mucho tiempo en estado de aparente abandono. Lo que desencadenó la declaración como BIC y de ahí el proyecto de intervención, fue la perforación que se produjo en uno de los pozos, perdiendose el 40% del manantial, a causa de unas excavaciones no autorizadas asociadas a la construcción de un nuevo balneario. Las administraciones tienden a justificar las construcciones turísticas como desarrollo local sin hilar fino en qué tipo de construcciones turísticas de verdad contribuyen a una mejora en la calidad de vida y a un aumento de oportunidad de desarrollo para los habitantes locales, y cuales constituyen el desarrollo económico de unos pocos a costa de la pérdida de un recurso hasta ese momento de todos. En el congreso hubieron varios ejemplos de reacciones opuestas al turismo que privatiza lo patrimonial de una comunidad. Es el caso de la Plataforma Ciudadana en Defensa do Castelo de Monterrei, desde el activismo ciudadano o el caso de los trabajos de comunicación y desarrollo de Alba Sud que mostró Ernest Cañada en apoyo del turismo comunitario, como una forma de desarrollo distribuido en el que los habitantes no pierden todo poder de gestión de su territorio.

Volviendo al caso que nos ocupa, se trata de una piscina pública, gestionada con dinero público, que ofrece un servicio al habitante local y al extranjero. Puedo decir que disfruté corporalmente de las cualidades de este espacio, incluso me trasladé un poco a la época romana y a esa sabiduría del placer corporal que ya tenían aquellos. Pero, de nuevo, en sí mismas estas piscinas me contaron poco de las otras historias de este lugar, que podrían haber estado integradas de alguna manera en el proyecto. Porque resulta que en otras épocas la “Burga do Medio”, fue lugar de curtidores y lavanderas, pasando luego a ser el Estanque de las Ninfas”, del que si se conservan el relieve en bronce del escultor Acisclo Manzano. Los habitantes usaban estos manantiales también para escaldar pollos y para cocinar. Pero  la historia que más peso tiene para algunos, que más define este lugar, es la de Os Graxos a Burga.

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La foto es del momento en que un miembro de A Bela Auria está contando-interpretando parte de la historia de Os Graxos a Burga:

“A historia conta que polo ano 1834, dous orfos de 17 anos que non tiñan quen se responsabilizase deles, xuntáronse na costa da alameda. Oito días despois... estableceran o seu lar nun burato artificial, que servía de rexistro, entre a Burga de Arriba e a Burga de Abaixo. A estes dous personaxes uníronlles todos os rapaces que coma eles, se sentían abandonados á súa sorte…”

Al parecer este asentamiento en As Burgas duró muchos años, sucediéndose generaciones de niños abandonados por sus familias y por el sistema y convirtiéndose en un lugar okupado y autogestionado por ellos. El calor de las termas, en el interior de la cueva, hacía posible sobrevivir en este lugar en invierno. Por las noches salían para buscar comida y según cuentan tenían un lema: “Todo es de todos”. No fue un historia anecdótica esta. Dicen, era conocida en toda Galicia y todo escritor gallego de la época tiene algo escrito sobre ellos. Y sin embargo, nada por aquí, nada por allá de esta historia en la materialidad del paisaje, nada que nos haga saber ni intuir que viviern aquí, entre matorrales y aguas termales, Os Graxos a Burga. Siendo, como parece que fue, algo tan identitario de la historia reciente de este lugar, no darle su espacio de representación suena a querer tapar una parte de la historia, una que no es considerada digna o incluso que es considerada por algunos vergonzosa. Nos suena mucho también todo esto.

¿Y por qué a Bela Auria se empeña tanto en visibilizar esta parte de la historia de As Burgas? A Bela Auria es una fiesta histórica de Ourense, no porque lleve muchos años, sino porque recrea los años 20 del siglo pasado, la época de la Xeración NÓS. Va por su quinta edición y es el resultado de la inquietud de habitantes de Ourense que quieren sentirse ciudadanos:

“Houbo un tempo no que o Ourense real e o Ourense imaxinario estaban cheos de grandes figuras. Pola Bela Auria camiñaban Otero, Risco, Ferro Couselo e outros; polas súas páxinas andaban a marear don Celidonio, os celtas, lendas e ideas chegadas de toda Europa. Aquela era a Atenas de Galicia, unha vila de CIDADÁNS e non soamente de habitantes.”

Vamos, se trata de grupos de personas que no quieren que les escriban la historia, sino que quieren ser parte crítica de su construcción, porque eso construye su identidad como habitantes de este territorio. La fiesta consta de muchas más actividades que permiten el disfrute de personas de todas las edades y que se cuida mucho de contextualizar teatralizando relatos concretos de los años 20 en Ourense. Sería esta una forma de entender el patrimonio como aquello con lo que te identificas y que quieres reivindicar, defender, cuidar. Una forma de entender que el patrimonio es algo que se construye en el día a día, por la comunidad, con sus momentos de celebraciones y rituales, necesarios para hacer hermandad. Una forma de seguir construyendo vínculos, mitos y fábulas desde la vida cotidiana y no desde decisiones que tome el poder político de turno.

Pero ojo, tampoco creo que sea bueno construir tu identidad exclusivamente desde las historias de un territorio o de lo que sea, si no se tiene claro que es algo cambiante, que para ser sano, no debe estar por encima de la persona:

“La vida no es la identidad! La vida resiste a la idea de la identidad, es necesario admitir la ambigüedad. A menudo la identidad puede ser vital para enfrentar una situación de opresión, pero sería un error utilizarla para no afrontar la complejidad. No puedes saturar la vida con la identidad3(Judith Butler)

Ante tal heterogenidad de formas de entender lo patrimonial se ve clara la pertinencia del congreso SOPA en sus temas y en la forma de plantearlos, así como la necesidad de herramientas como la redSOPA que permitan analizar desde parámetros comunes todos aquellos trabajos sobre lo patrimonial que deseen trazar los vínculos y las diferencias entre sus modos de hacer y los de otros, como una manera de comprenderse más, de detectar mejoras posibles, de sumar puntos de vista, de seguir aprendiendo. Como esta red está pensada para seguir evolucionando, lanzo aquí una sugerencia a sus artífices: ¿que tal un filtro más (o eje) en la red SOPA que sitúe de donde procede cada iniciativa, proyecto o estudio sobre lo patrimonial? Es decir, si procede de la administración, de la sociedad, de la investigación académica o de la práctica profesional. O de mezclas entre ellas. Esto viene de un esquemita muy sencillo y a la vez muy claro que expuso un ponente (no apunté el nombre) en referencia a los tipos de agentes que intervienen en la gestión de lo patrimonial, los conflictos entre ellos, y la necesidad de que sepamos gestionarlos:



Termino ya (que sí) con algo que varios ponentes remarcaron: la gestión de lo común que nos importa está lleno de controversias, de conflictos. Eso es señal de que está vivo, y la actitud no es intentar taparlos, mostrar una especie de realidad ideal, sino aprovecharlos como motor de investigación y de acción, como campos creativos que fomentan la innovación.
(y si has llegado a leer hasta aquí, sin lectura en diagonal, gracias y disculpas;)



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