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(imagen 1: tejiendo los costados de una mecedora)

Jugar construyendo cosas forma parte del aprendizaje natural del ser humano. Y mientras construyes diseñas. Uno de los  recuerdos  más emocionantes que tengo de mi infancia es haber construido una cabaña hecha de palets y plásticos, junto a un árbol, con mi prima Belén, en la huerta de Jacarilla. Los materiales se consiguieron de fábricas cercanas (algo bastante impensable de hacer en la ciudad). Hacerla fue una hazaña épica y creativa para unas niñas. Recuerdo también con cariño tardes de invierno tejiendo bufandas con mi madre. No era una aventura arriesgada y libre, como irse a hacerte una cabaña, pero suponía la adquisición de una destreza, la de saber hacer un tipo de nudos siguiendo unos patrones. Tenía la parte reconfortante de mantenerte concentrada y ver como poco a poco producías algo, pero si era demasiado poco a poco, o no requería ir introduciendo variables (el color, modificaciones del patrón) no terminaba la tarea.
A día de hoy sigo viviendo como una aventura el diseño y la construcción de cosas, la experimentación con las herramientas y con los materiales de que disponga en cada momento o el reto de conseguirlos. Con los años además comencé a ver las técnicas del tejer como una labor compleja, creativa, cargada de significados. Hay ingredientes recurrentes entre las cosas que he diseñado a lo largo de los años (ya fuese un proyecto arquitectónico o un objeto doméstico): el trabajo desde el “objet trouvé”, el reversionado de cosas existentes, el tejer superficies tensadas entre estructuras…
(imagen 2: parte del Proyecto Final de Carrera de Arquitectura. Experimentando con superficies tejidas de diferentes materiales)
(imagen 3: construyendo una pérgola de módulos de caña tejidos)

(Para continuar leyendo este post, pinchar aquí. Es la weblog de la RUTA DE EMPRENDEDORAS ARTESANAS, donde estoy realizando un taller impartido por las muy magníficas Sonia, Ester y Laura, y del que próximamente me gustaría escribir algunas reflexiones.)
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2 comentarios:

eeneerei dijo...

Cuánta emoción y concentración!
Me alegra disfrutar con tu escritura, siempre tan precisa y desbordante.
Abrazos varios!

Desbordante dijo...

Enrique! que alegría que pases por aquí. Sabes que tus palabras tienen un efecto reconfortante. Nos vemos pronto, eh?

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