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Los procesos de trabajo en los que se retroalimentan las acciones de comunicar, diseñar, producir, llevadas a cabo en un entorno colaborativo, son los que hemos tratado de seguir (con mayor o menor fortuna) en la mayoría de los proyectos llevados a cabo en los últimos años, y también son los que siguen muchos de los equipos cuyos modos de hacer me interesan, como este, este, este o este (muy diferentes, pero en definitiva en el camino de superponer en el tiempo esas tres acciones).


Será importante para quienes queramos definir nuestros oficios a partir de esta retroalimentación, estar continuamente investigando sobre estos tres campos de conocimiento, mejorando e innovando su puesta en práctica conjunta, sobre todo para que sea real que puedan suceder a la vez.

Éste es el esquema (parecido) que expuse hace una semana sobre el proceso de diseño, comunicación y producción del Proyecto Quilombo:


Y este un boceto que hice para las confes de salón, sobre el proceso de diseño, producción, comunicación/investigación encargo de un galardón para el Shorty Week:
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Para guiar la investigación infinita que hay en torno a estos tres grandes conceptos/acciones, tengo un principio básico, de partida, asignado a cada uno. No son inamovibles y son muy básicos, pero ayudan a no perder el norte.


Sobre la Comunicación:
Comunicación es construir sentido con los demás (...)Comunicar es problematizar situaciones, inventar lenguajes comunes y construir cultura.Diego Nuñez de la Rosa


Así pues, comunicar no es difundir ni concienciar ni convencer, que es lo que resulta del “modelo de comunicación de la catedral”, opuesto al “modelo de comunicación del bazar”. Laura enumera en el post enlazado lo que caracteriza el modelo de comunicación del bazar, concluyendo que aluden a los modelos cooperativos.


Uno de mis primeros intentos por construir un entorno de trabajo cooperativo en red, fue para desarrollar el proyecto sobre el Oasis M´Hamid El Guezlane. Se trataba de tener ese espacio de comunicación abierto, donde el debate, la conversación, las consultas fueran visibles por todos los implicados en el proyecto, y así todos pudieran dar su parecer.


Tras la experiencia directa en el Oasis la conclusión fue que serían necesarias otras tecnologías y procesos, otros dispositivos con capacidad para desbordar las normas que determinan quien puede conversar y quien no, quien puede dar su punto de vista y quien no. Esto tendría mucho que ver con las narrativas digitales colaborativas de las que hablaba Juan Freire también por aquellos tiempos.


Uno de los proyectos recientes donde hemos tratado de desarrollar esa labor de comunicación digital colaborativa es “Desde las Minas”, la weblog de un lugar, que se puede alimentar de los conocimientos y opiniones de los interesados en que este lugar sea más visible y habitable, escribiendo desde sus propios blogs...pero hace falta algo más que la herramienta para que esta weblog se transforme de verdad en un bazar, son necesarios esos dispositivos que desborden las situaciones enquistadas.



Sobre el Diseño:
“No se diseñan objetos sino formas de relacionarse con el entorno, formas de interactuar las cosas entre sí (incluidos los seres humanos que son también un sumatorio de cosas que interactúan)”


La frase que repetía una y otra vez la profesora de Disegno Industriale que tuve durante mi estancia en Palermo era: “No se diseñan sillas, sino formas de sentarse”. Al parecer es un principio básico para cualquier escuela de diseño que se precie, y sin embargo no sé cuánto de presente está en nuestras mentes y menos en la del imaginario social.


Pensar el diseño desde este principio básico contribuye a la idea de que todas las personas estamos diseñando (o podríamos estar haciéndolo) en nuestros quehaceres diarios. Contribuye a sacar el concepto como una propiedad de quienes estudian la carrera de Diseño Industrial, Gráfico...y pasarla al rango de una habilidad cotidiana, necesaria de desarrollar para resolver los problemas o retos que nos iremos encontrando en el día a día. Porque el día a día, la vida, es interacción.


Y este es uno de los principales servicios que ofrecen los talleres colectivos pensados, no sólo para producir cosas, sino también para diseñarlas, incluyendo diseñar su reparación, reversionado. No se trata del desarrollo del Do It Yourself como una tendencia hacia el hacérselo todo uno mismo. Se trata de desarrollar las capacidades, tanto de diseñar como de producir cosas como algo que fomenta la innovación y la creatividad en el día a día.


Sobre la Producción:
“...el productor mantiene discusiones mentales con los materiales...en el proceso de producción están integrados el pensar y el sentir” “Abierto a los sentidos, el materialista cultural quiere investigar dónde se encuentra placer y cómo se organiza éste. LLeno de curiosidad por las cosas en sí mismas, quiere comprender cómo pueden generar valores religiosos, sociales, políticos.“ Richard Sennet, El Artesano

Existen muchos otros autores de los que nutrirse para profundizar esta visión sobre la producción de cosas. A mi de momento me sirven estas frases extraidas de El Artesano, para seguir poniendo en el centro las cosas concretas,(repito, considerando al ser humano un sumatorio de cosas) y tratar de comprender el mundo desde ellas, con pensamiento de diseño, considerando los problemas como oportunidades de mejora.

Hace mucho que pusimos el interés en los procesos de producción-construcción que se desarrollan (al menos en una parte) como un acontecimiento festivo o colaborativo o de aprendizaje creativo. Especialmente emocionantes son los procesos que acompañan al programa y los habitantes y en los que la experiencia constructiva puede ser una experiencia poética.


Las explosión de plataformas DIY, DIWO, MAKERS, no sólo la entiendo como la revolución contemporánea digital-colaborativa de recopilatorios de conocimiento práctico como los de "La Enciclopedia, diccionario razonado de las ciencias, las artes y los oficios", sino también como el resultado de tecnologías y procesos de producción actuales que combinan lo manual con lo mecánico con lo digital y que nos permiten experimentar, prototipar y, en su caso, encontrar las vías de producción más eficientes según el contexto, de lo que diseñemos.


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(Post publicado en el blog de la plataforma Proyecto áSILO/SILERUS)

Ha pasado mucho tiempo (año y medio) desde aquel taller de diseño y construcción colaborativa del mobiliario para el proyecto Quilombo en el que participó muy activamente Proyecto áSILO.
Acontecimientos recientes, como la apertura de este espacio el pasado Diciembre, y un próximo PECHA KUCHA donde se explicará cual ha sido el proceso de diseño y construcción de este proyecto, hacen que tenga sentido volver a hablar aquí de esto, sobre todo porque nunca contamos cómo fue nuestra colaboración (más vale tarde que nunca). Lo que sí hemos ido contando ha sido los productos y servicios derivados de haber realizado este taller de la forma en que fue planteado.
En la siguiente presentación contamos cómo fue el proceso y los resultados de dicho taller, así como el porqué de realizarlo, es decir, el porqué de, ante un encargo que un cliente (Sergio Saura Javaloyes) realiza a María G. Javaloyes (la que escribe este post), ésta decide plantearle realizarlo a través de un taller colectivo-formativo.
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El por qué se explica en la presentación, pero quiero remarcarlo aquí: Para hacer de esta casa en ruinas un asunto colectivo antes de abrir físicamente, ya durante el proceso de diseño y construcción, que además en este caso, se preveía largo.
Y ¿Cómo? comunicandolo, compartiendolo, creando un entorno que permita la interacción, la colaboración, la diversidad de puntos de vista, de personas afines, ya sea porque se identifiquen en algo con este proyecto, porque les aporte algo esta colaboración, por amor o porque es una manera inteligente de hacer las cosas, consiguiendo que más personas, con todos sus conocimientos y habilidades, se quieran implicar en lo que estás haciendo.
Los procesos colaborativos no son un camino de rosas, es fácil cometer errores, no saber gestionar los conflictos que suceden cuando algo se hace público o colectivo...pero ya hay muchísimos ejemplos de que los entornos que más han innovado en este siglo han sido los que han sabido crear procesos que hicieran posible la colaboración.

Así que, cuando proponemos talleres de diseño y construcción abiertos, como proceso de producción de un encargo, creo que debemos saber explicar con claridad las razones de peso. Es un proceso que proponemos porque hace posible que más inteligencias, saberes y habilidades, se impliquen en un proyecto, y por tanto las posibilidades de innovación (de encontrar una solución para un problema que desconocíamos antes de empezar) son más posibles.
Es también una forma de desarrollar la cultura material que el sociólogo Richard Sennet considera fundamental para la supervivencia, sostenibilidad, de la sociedad:
“Dejar que la "“gente reconozca el problema”" una vez terminado el trabajo, significa confrontar a las personas con hechos habitualmente irreversibles en la práctica. El compromiso debe comenzar antes y requiere una comprensión mayor, más elaborada, del proceso por el cual se pasa mientras se producen cosas, un compromiso más materialista”
El Artesano, Richard Sennet
Así que una manera de desarrollar tanto la cultura colaborativa como la cultura material sería a través del formato taller colectivo. Curro Claret habla en este video sobre su confianza en estos procesos, en la capacidad de que un tipo de formato de taller fomente la creatividad individual y colectiva, mucho más que dentro de cadenas de producción demasiado rigidizadas:
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Los resultados del taller que realizamos para el Quilombo son piezas de mobiliario de una gran calidad, originalidad y diversidad, que era lo que se buscaba. Estoy convencida de que no hubiese sido posible que surgiera algo así únicamente desde el trabajo mío y de Sergio, y menos en el tiempo en que se realizaron. Evidentemente para cada tipo de taller, así será el perfil de participantes, colaboradores, alumnos, maestros que se busque. Esto ya formará parte del diseño del proceso del taller.
El diseño de procesos, es uno de los fundamentos del Design Thinking, que lo considera la vía para la innovación en lo que estás haciendo, desde productos a servicios a proyectos sociales. Por eso en el PECHA KUCHA lo que quiero exponer es el PROCESO DE DISEÑO Y CONSTRUCCIÓN DEL QUILOMBO, el proceso completo porque la colaboración en mi caso existió antes y después de dicho taller.
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