POSTAL Y POEMA 2014/2015

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La postal, por muy absurda que parezca, relata gran parte de mi 2014, 
El poema, de Roger Wolfe, es una sensación y un deseo para el 2015, para la gente que quiero, incluida yo misma ;) 
Ya sabes, esa madurez de cuando las cosas encajan , pero sin perder el frescor de la adolescencia. Eso nunca.
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(Statics, Joachim Schim)

En el capítulo Ruidos de archivo del libro La fotografí@ después de la fotografía, Fontcuberta habla de la obra Statics del artista Joachim Schmid en la cual el autor trituró todo tipo de imágenes de su archivo personal consideradas por él inservibles, previamente clasificadas por temáticas, para después hacer con sus fragmentos unos collage parodiando lo que sucede en una emisión de televisión mal codificada, continuando así uno de los mensajes que impregna toda su obra: “hay un exceso de imágenes en el mundo y una obstinación desmesurada por atesorarlas”. Triturar todo lo que pueda llegar a ser un documento
es un escándalo para los defensores de la memoria, de la conservación y del archivo, para todos los que confíen en la protección de las cosas a través de su patrimonialización. Pero Fontcuberta expone la defensa a este tipo de prácticas artísticas por trabajar para liberarnos, a través de su cuestionamiento, de una sacralización que amordaza nuestra subjetividad, que impide toda posibilidad de apropiación subjetiva de la historia. Considera el trabajo de Schmid una labor de deconstrucción y reconstrucción, dentro de las escuelas de la apropiación y el reciclaje:


“Estática puede pues leerse como un comentario al archivo en clave de extravío: nos confronta a una dialéctica entre documentación y experimentación, o entre memoria y desmemoria...Si atendemos por otra parte a su proceso configurador, recorreremos dos fases bien cargadas semánticamente: deconstrucción y reconstrucción, fragmentación y síntesis.”


“La historia institucionalizada se convierte en un corsé que moldea la memoria, pero a costa de coartar la experiencia del presente y del futuro. Por eso el primer deber crítico de todo historiador es desinstitucionalizar la historia, secularizarla, en fin, desproveerla de discurso autoritario. Esta es la labor del historiador pero también de esa conciencia paralela en que se convierte a menudo el arte.”


“¿Cómo equilibrar el respeto hacia lo antiguo con la libertad de acción para resolver nuestros problemas de ahora? Esta es una cuestión especialmente pertinente en arquitectura, ya que nos fuerza a tomar decisiones controvertidas respecto a la rehabilitación de edificios y conjuntos urbanos. A los políticos y arqueólogos les resulta difícil, por ejemplo, evadirse del culto a las ruinas.

(La fotografí@ después de la fotografía, Joan Fontcuberta)


( dead channel morning in the countryside, The Gif Opera Gabinet)


Foncuberta pone más ejemplos de prácticas artísticas enfocadas a esta misma labor, como él mismo dice, más o menos afortunadas (a mi me encantan estos collage-gifs). Hay muchas maneras de deconstruir el discurso impuesto y desde luego si me queda algo claro después de mi experiencia trabajando con ruinas y con sus memorias, es que los procesos de deconstrucción, apropiación y reutilización son necesarios para poder trabajar con estos elementos, si lo que tratas es de superar ideas preestablecidas, ideas que vienen de un pensamiento logocéntrico basado en dicotomías simplificadoras de la realidad, donde uno de los dos elementos domina siempre sobre el otro. Hablo aquí de esa ruina material o inmaterial que necesita una transformación, intervención o activación para tener un porvenir y que puede ser considerada un patrimonio o un bien común por un grupo de personas. La deconstrucción supone el deseo de trabajar con la historia, o mejor dicho, con las historias de estas ruinas, pero permitiéndose experimentar con ellas:


“Yo no he renunciado a la palabra “deconstrucción”, porque implica la necesidad de la memoria, de la reconexión, del recuerdo de la historia de la filosofía en la que nosotros nos ubicamos, sin no obstante pensar en salir de dicha historia.”





No soy experta en la teoría de Derrida, pero desde lo leído, lo escuchado y lo sentido, siempre he interpretado la deconstrucción como una actitud crítica, investigadora y activista a la vez, consciente de que la historia y el orden social establecido son construcciones humanas y por tanto cuestionables, una actitud que se sitúa en los bordes del sistema tratando de ver lo que somos, tratando de vislumbrar así otra forma  posible de hacer las cosas. Por eso al leer textos como este que enlazo, y del que extraigo algunos párrafos, siento afinidad con su interpretación de la deconstrucción (incluso aunque el texto en sí tiene importantes contradicciones):


“Para Derrida, la base metafísica se halla en la oposición entre el habla y la escritura. Para el feminismo, el problema metafísico se encuentra en la oposición entre lo masculino y lo femenino. Para nosotros, el fundamento de la metafísica se desprende de la barra misma de la oposición (/), una barra que incomunica los elementos que entablan una relación jerárquica.

Obviamente, no hay problema en reconocer una diferencia, por ejemplo, entre lo masculino y lo femenino, el problema reside en que esa diferencia crea un efecto de jerarquía. Diremos, por tanto, que lo propio de la barra no es establecer una oposición paritaria (del estilo Zipi y Zape), sino el crear un efecto de jerarquía. Naturalmente, no todas las oposiciones son jerárquicas, pero sí las metafísicas.”


“No parece difícil darse cuenta de que si lo propio de la metafísica es la barra que delimita una oposición jerárquica sea del tipo que sea, entonces gran parte de la lucha social y política tiene que ver con esas oposiciones jerárquicas.”

“...lo que sí que está claro es lo que la deconstrucción busca: poner patas arriba el discurso metafísico, logocéntrico o falogocéntrico allí donde se presente: en la filosofía, en el arte, en la política, en el derecho, en la sexualidad. Por ello, la deconstrucción no es ni una filosofía, ni una teoría literaria o artística...sino una política que afecta a la totalidad de los campos del saber, una política que toca y afecta a la idea de límite, separación, polaridad, frontera, jerarquía, origen, finalidad, etc."

“Dicho de otra manera: lo que la deconstrucción persigue... es que la barra que mantiene una oposición jerárquica se torne blanda, de manera que los términos que permanecían separados rígidamente se interpenetren, se toquen, se contaminen entre sí…”

“... la deconstrucción siempre debe evitar sentirse abrumada por el contexto en el que opera, por aquello de lo que trata de huir, y abrirse a lo nuevo, a lo experimental, a una salida cuyo rasgo es haber sido capaz de crear algo nuevo desde el interior del edificio que se pretendía  deconstruir…”


Richard Rorty decía que Derrida era un poco dramático y que con sus ” juegos de lenguaje” más que deconstruir la metafísica y el logocentrismo, lo que hacía era seguir construyéndolas. Es posible, pero bueno, podemos quedarnos con lo que busca la deconstrucción y no con los modos utilizados por Derrida. Porque, ¿acaso no es lo que hace Simone de Beauvoir en el “Segundo Sexo” una deconstrucción de la historia de la humanidad tal  y como había sido contada hasta ese momento?. Para mi si lo es, y además lo hace con un lenguaje tan claro que su libro fue y sigue siendo leído por personas que nada tienen que ver con lo académico o lo filosófico. Si me quedo con lo que busca la deconstrucción según esta interpretación como actitud política es porque considero que sí es necesaria en muchas ocasiones para ese fin que según Richard Rorty ha de tener toda investigación:  "hacernos más felices permitiéndonos afrontar con más éxito el entorno físico y la convivencia"

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Entonces, ¿se trata de hacer la deconstrucción más práctica? Trabajo con compañeros que han utilizado la palabra deconstrucción en otros sentidos más prácticos y concretos, pero a mi me interesa esa concepción de la deconstrucción como una actitud política que llevará al uso de unas técnicas y métodos concretos según el caso y que irá unida a las prácticas de apropiación y reutilización. Y ¿cómo se materializa dicha actitud trabajando con ruinas y sus memorias?


Todo lugar o contexto tiene un sumatorio de historias sobre él que le dan unos significados ante los que hay que posicionarse: ignorarlos, invisibilizarlos o taparlos, estetizarlos según parámetros institucionales, imponer una única visión o una visión plural, investigar sus orígenes, cuestionarlos, apropiarse subjetivamente de ellos. En la ruina se produce una concentración dramática de estos significados, dramática porque se encuentra con las relamidas dicotomías PASADO/FUTURO, MEMORIA/DESMEMORIA, CONSERVACIÓN/EXPERIMENTACIÓN, TRADICIÓN/PROGRESO y porque las estrategias de patrimonialización proceden de una tradición profundamente heteropatriarcal…

La deconstrucción de estas dicotomías no supone hacer que la dominada pase a ser la dominadora, sino que se diluyan sus fronteras y que aparezcan nuevas formas de poder ser. No hay una única metodología, eso está claro, pero mi sentir es que todo proceso que se plantee la deconstrucción como actitud política ha de desarrollar estrategias de comunicación a través de las cuales construir nuevos sentidos y sinsentidos con los demás. Las teorías y prácticas feministas, la etnografía experimental, los estilos de creatividad social y las prácticas artísticas colectivas, son a mi entender buenas bases para el diseño de esas herramientas de comunicación (entendiendo la comunicación, por supuesto, no sólo como una cuestión verbal sino también visual, táctil…)

Pienso ahora que gran parte de lo planteado en mi pfc se puede explicar como la propuesta de un proceso de deconstrucción, apropiación y reciclaje colectivo de un oasis. Con el proyecto Desde las Minas, lo intentamos...pero hablar de eso lo dejo para otro capítulo. Y el taller Postales Relato también es un campo de prácticas de estas investigaciones...

Termino este post ya muy largo poniendo como referencia la última intervención sobre una ruina que he conocido, incluso visitado, y que considero un ejemplo de ese proceso de deconstrucción, apropiación y reutilización de la ruina y de sus memorias. Se trata del proyecto EDOM Espacio Doméstico, que en sí mismo es un proyecto para la exhibición de videoarte, pero que además lo hace interviniendo en espacios domésticos, siendo su punto de partida dos viviendas abandonadas en el pueblo murciano de Blanca. Viviendas de construcción tradicional preindustrial de esta zona, cuyo habitante era conocido por los vecinos de Blanca como el drácula, por cosas como haber tapiado las ventanas y rumores sobre orgías. El caso es que cuando a un arquitecto le dan una casa así desde las administraciones públicas lo que le suelen pedir es un museo etnográfico para la memoria local y de la historia de un habitante así, mejor que no se hable. La manera en que, insisto, el equipo de EDOM (Enrique Nieto y las FruFru) deconstruyen y se apropian de esta situación, me produce una gran sonrisa. Y es que ahora puedes recorrer cada rincón de la casa, mirando bajo las escaleras o abriendo un armario, para encontrarte con una videoproyección que te traslada a cuestiones globales, sobre el cuerpo, la religión, la política...todo bastante turbio, como aquel habitante original. Y el caso es que parece que triunfa entre los vecinos!







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Si tuviera que describir con imágenes la experiencia de haber participado en el taller La Ruta de Emprendedoras Artesanas usaría evidentemente la del mapa (tremendo mapa se está creando) y la apoyaría con la del cuadro Las hilanderas y las tejedoras (nota1). En ambas imágenes coinciden muchas palabras clave:

-Un espacio de trabajo común (uno físico y otro virtual),
-las labores y sus tecnologías (las de tejer, las de los cuidados, las de cultivar, las de cocinar, …)
-la conversación
-la condición femenina y sus saberes
-los trabajos productivos y reproductivos...

Las artífices de este taller explican muy bien en qué consiste y dentro de qué proyecto mayor se encuentra. Mi forma de resumirlo, tal cual lo percibo, es que en estos talleres se tejen redes de personas y de futuros posibles construidos desde ellas, desde sus saberes, sus pasiones y los territorios que habitan. Y todo eso se hace, quiero decir, se crea un entorno:
- que fomenta la creatividad.
- la capacidad de imaginar, de fantasear...porque esto son también ingredientes fundamentales del pensamiento emprendedor.
- la capacidad de diseñar servicios o productos desde los recursos de que dispone cada una, o de los que es capaz de disponer de forma real en un tiempo dado.
- que sabe acercarse de manera concreta y cercana a la realidad de cada una.
- que enseña cómo contar desde la historia de cada una aquello que hace porque le apasiona.
- que da herramientas para enfocar estos saberes, estos trabajos, con el objetivo de introducirlos en el mercado, o mejor dicho, de crear tu mercado, tu red de clientes.
- que acerca las nuevas tecnologías de la comunicación a las personas y no al revés.
- que trata de acercar las estructuras económicas-fiscales del territorio que habitamos a la condición de cada persona, y no al revés.

Y creo que esto es posible porque no se habla desde fuera ni desde arriba, porque quienes imparten el taller hablan desde la empatía de ser también emprendedoras artesanas, que sufren las absurdidades del régimen de autónomos español y demás historias para no dormir...

Ya lo planteaba Simone de Beauvoir, que la libertad de las mujeres (y en realidad de todas las personas) no llegaría por su independencia económica a no ser que ésta estuviese dentro de un sistema económico creado desde ellas...desde ellas, desde sus saberes y desde los territorios que habitan.

Hace mucho que iniciamos una línea de investigación para entender qué es eso del desarrollo local, (imperdible este post de Ester) tratando de definir qué tipo de desarrollo local queremos hacer...Creo que el interés por diseñar proyectos de desarrollo local y de cooperación al desarrollo, al menos en mí, ha estado en que exigen diseñar procesos que trabajan con lo múltiple (la diversidad de formas de habitar, de estar en el mundo, como potencial), lo micro (las micropolíticas como herramienta de empoderamiento creada desde y por cada contexto) y lo existente (las historias, significados y recursos que ya existen en cada contexto como referentes). Tras este taller remarco dos ingredientes para que se produzca ese modelo de desarrollo local que deseamos: se trata de buscar el desarrollo de la persona concreta, desde su propia subjetividad, y de crear redes distribuidas de colaboración en las que el individuo no pierda su autonomía a la vez que forma parte de algo superior a sus límites.

Y termino con unas anotaciones que hice en aquella conferencia de Pedro Alberto Cruz en la Escuela de Arquitectura de Alicante, donde ya se hablaba de todo esto y que también sirven para describir estos talleres como modelos críticos del sistema :

“...los modelos críticos del sistema actual deben buscar una localización a lo subjetivo, porque la política es subjetiva, no es un lugar...
...Cualquier modelo crítico del sistema debe actuar desde la estrategia policéntrica: diseminación de situaciones con sus diferentes conflictos. Debe ser un sistema capaz de actuar sobre todos ellos, como un conjunto de partes que operan coordinadamente sin perder su autonomía…

Que siga la Ruta!


(nota1) Lo normal en los talleres de principios de la industrialización no era la escena que representa el cuadro. Las mujeres obreras eran más exploradas que los hombres obreros, y fueron las fábricas de tejidos su máximo exponente. Pero en este cuadro, (quizás porque aún parece un taller artesanal más que una fábrica de procesos mecanizados) las mujeres pueden hasta conversar. Otra cosa diferente es poder imaginar que fuesen copropietarias de ese taller. Eso ya es ciencia ficción. Eso pertenece a proyectos que tienen claro que la emancipación sólo es posible desde la descentralización, desde la distribución más justa de poderes y economías.

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(imagen 1: tejiendo los costados de una mecedora)

Jugar construyendo cosas forma parte del aprendizaje natural del ser humano. Y mientras construyes diseñas. Uno de los  recuerdos  más emocionantes que tengo de mi infancia es haber construido una cabaña hecha de palets y plásticos, junto a un árbol, con mi prima Belén, en la huerta de Jacarilla. Los materiales se consiguieron de fábricas cercanas (algo bastante impensable de hacer en la ciudad). Hacerla fue una hazaña épica y creativa para unas niñas. Recuerdo también con cariño tardes de invierno tejiendo bufandas con mi madre. No era una aventura arriesgada y libre, como irse a hacerte una cabaña, pero suponía la adquisición de una destreza, la de saber hacer un tipo de nudos siguiendo unos patrones. Tenía la parte reconfortante de mantenerte concentrada y ver como poco a poco producías algo, pero si era demasiado poco a poco, o no requería ir introduciendo variables (el color, modificaciones del patrón) no terminaba la tarea.
A día de hoy sigo viviendo como una aventura el diseño y la construcción de cosas, la experimentación con las herramientas y con los materiales de que disponga en cada momento o el reto de conseguirlos. Con los años además comencé a ver las técnicas del tejer como una labor compleja, creativa, cargada de significados. Hay ingredientes recurrentes entre las cosas que he diseñado a lo largo de los años (ya fuese un proyecto arquitectónico o un objeto doméstico): el trabajo desde el “objet trouvé”, el reversionado de cosas existentes, el tejer superficies tensadas entre estructuras…
(imagen 2: parte del Proyecto Final de Carrera de Arquitectura. Experimentando con superficies tejidas de diferentes materiales)
(imagen 3: construyendo una pérgola de módulos de caña tejidos)

(Para continuar leyendo este post, pinchar aquí. Es la weblog de la RUTA DE EMPRENDEDORAS ARTESANAS, donde estoy realizando un taller impartido por las muy magníficas Sonia, Ester y Laura, y del que próximamente me gustaría escribir algunas reflexiones.)
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Hace ya unos meses que Patricia me habló de un blog que acababa de iniciar titulado Chocholate, con subtítulo: La común está abierta, looking for references! Me invitó a postear, pues es algo abierto, y que busca referencias de cualquier cosa (teórica y/o práctica) desarrollada desde la perspectiva de género, la construcción de la identidad...vaya,  las teorías feministas...La cuestión es que ella estudia un master de Género, yo hace poco fui coautora de este artículo, y esta propuesta de Patri es una forma colaborativa de continuar investigando estos (o desde estos) temas, al estilo master DIWO.


Si alguien se pregunta por el título, yo lo atribuyo, además de al humor gaditano de Patri, al impulso del propio cuerpo a querer investigar, porque es en los propios cuerpos donde se siente el conflicto, cercano, interior, concreto, y es desde ahí desde donde se quiere construir conocimiento. El conflicto entendido como algo natural (todo lo que está vivo interactúa y en la interacción hay conflicto) y a la vez como oportunidad de innovación.


En la barra derecha de este blog hay un enlace directo a cada último post escrito en Chocholate, junto al resto de microblogs de referencias que colecciono. De vez en cuando pondré aquí parte de las reflexiones que van provocando las referencias en Chocholate, simplemente por ser cosas que quiero tener especialmente presentes, como las del último post, en busca de los orígenes del patriarcado desde el materialismo histórico:




Decidí leer “El segundo sexo” de Simone de Beauvoir ante la necesidad de entender el origen del patriarcado, en un momento en que empecé a ser consciente de que la gran mayoría de los conflictos que se producen en mi realidad cotidiana, son, en su base, consecuencia de este modelo histórico de construcción social. Es algo que afecta a todo, y que, aunque sobra decirlo aquí, va mucho más allá de la relación entre sexos. Es algo que construye, también, y entre otras cosas, nuestros sistema económico. Por eso a muchas no nos dice nada (bueno) todas esas políticas de igualdad: ¿Igualdad en qué, en el modo patriarcal de valorar y hacer las cosas?
No he terminado de leer el libro, pero quiero ir reescribiendo en este blog algunos extractos. Comienzo con parte del capítulo III, donde de Beauvoir analiza la condición de mujer a lo largo de la historia desde el punto de vista del materialismo histórico. En realidad analiza las investigaciones de Engels a este respecto para llegar a los conclusión de que no es suficiente este punto de vista por sí sólo para explicar por qué la mujer siempre ha sido el sexo dominado. Defiende que no es suficiente porque la estructura económica de las sociedades y las técnicas que las han desarrollado, teniendo un papel fundamental en la construcción social, no pueden explicarse sin ciertas condiciones primigenias, naturales del ser humano, que, para de Beauvoir, desbordan al  homo oeconomicus. Estas condiciones serían:

 -La necesidad del ser humano de definirse como sujeto singular, autónomo, no dependiente ni del clan ni de la naturaleza.
-El deseo de trascendencia de sí mismo (a través de su patrimonio?).
-El deseo de dominación sobre lo otro, ya sea el otro sexo, la otra tribu, los animales, o la naturaleza.



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El penúltimo día del SOPA´14: Congreso Internacional sobre Educación y Socialización del Patrimonio en el Medio Rural, nos dimos un baño en las aguas termales de As Burgas, ciudad de Ourense. Es allí donde, desde mi punto de vista, vimos y fuimos parte de una escena que condensó en un mismo lugar las diferentes formas de construir y gestionar lo patrimonial o, como a mi me gusta entenderlo, lo común que a una comunidad le importa. Explorar esas distintas formas, cuestionarlas, retroalimentarlas...es el objetivo del SOPA, un congreso que pone el foco en las iniciativas que surgen desde movimientos sociales.

La escena sucedió en un lugar que hoy es entorno urbano, pero la discusión entre lo rural y lo urbano la dejo para otro día. También dejaré para otro día hablar de lo relevantes que me parecen los estudios que tratan de des-patrimonializar el patrimonio, por su origen y sus modos de hacer oficiales en general tan heteropatriarcales. En este post lo que trato es de aclararme un poco más sobre esas formas diferentes de entender la socialización y el patrimonio y sobre cómo eso se materializa en nuestras vidas y en los territorios que habitamos (y viceversa).
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La imagen satélite superior corresponde a la zona As Burgas. En amarillo, el área correspondiente a un yacimiento arqueológico termal junto al centro de interpretación de las historias de este lugar. En azul turquesa, el área correspondiente a los actuales baños termales, acondicionados para uso público gratuito. En morado, la Rúa y la Plaza Burgas que aquel día formó parte del bicipaseo patrimonial dentro de las actividades de la fiesta histórica A Bela Auria, procedente de la iniciativa de asociaciones locales.

Mi punto de vista en esta escena era el de una turista dándose un reconfortante baño termal en las piscinas acondicionadas para tal fin. A un lado podía ver el yacimiento arqueológico considerado desde las fuentes oficiales el primer asentamiento permanente de la ciudad de Ourense. Al otro lado podía ver la plaza Burgas que fue una de las paradas del bicipaseo, lo cual permitió, a los que estábamos a remojo, escuchar las narraciones que los organizadores de A Bela Auria daban de las historias de este lugar, en especial la de Os Graxos da Burga. Fue posteriormente, conversando con uno de estos organizadores, cuando también descubrí que para algunos éste no es el origen de la ciudad.
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Las Burgas tradicionalmente han sido tres fuentes termales: la Burga de Arriba (s.XVII), la Burga do Medio y  la Burga de Abaixo (s.XIX) que a lo largo de la historia han sido usadas de diferentes maneras.
El yacimiento de baños termales, que visitamos antes de darnos el chapuzón, fue descubierto en el s.XIX y es de origen romano.  Una pared recrea los estratos encontrados. La cartelería explica algo sobre los primeros usos romanos: la “balnea”, el “hipocausto”... y nombran los materiales que conforman cada estrato, junto a su época. Por despiste no fuimos al centro de interpretación donde, en principio, cuentan las historias que van detrás de cada uno de esos estratos o materiales. Seguro que me hubiese enterado de muchas más cosas pero me pregunto porque esa información no está integrada en esta pared de estratos. ¿Por qué sólo información sobre su materialidad? A la mayoría de las personas nos captan los relatos, no las listas de materiales. Relatos conectados con su materialidad, eso si. Luego está también esa cosa de mirar un yacimiento desde el otro lado de la valla que te impide el paso. Con todas estas circunstancias la duración de la visita fue realmente corta.
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Algunas de las personas asistentes al congreso se dedican profesionalmente e investigan la gestión social de estos yacimientos arqueológicos. Entre sus estrategias estarían desde ofrecer formas más experienciales de recorrerlos (visual, olfativamente...) con las que vayas descubriendo cosas conforme lo recorres, a formas de permitir la implicación de las personas interesadas durante los procesos de excavaciones pudiendo participar en ellos. Aquí aparecen algunas fuentes de conflicto que nos suenan: algunas empresas de arqueología reniegan de estas formas de socialización, considerando que desprestigia la profesión, que los “voluntarios no profesionales” son mano de obra barata.

Pero la controversia no sólo está entre los arqueólogos. En el congreso había antropólogos con una forma de entender la gestión de lo patrimonial como algo que se construye y se resignifica contínuamente, lo cual implica trabajar sobre conceptos, pero no sólo, y en cualquier caso lo ético es resignificarlo desde la sociedad, desde el estudio de lo que una comunidad en un momento dado considera su patrimonio. Una disciplina tiende más al trabajo con lo material y otra al trabajo con los conceptos. A unos les sobraba tanta conceptualización y a otros tanta materialización. Al parecer es una vieja discusión entre disciplinas, superado por muchos antropólogos y arqueólogos, pero que de alguna manera sigue en el aire, sigue en las propuestas que vienen de unos y otros. Será porque antaño la separación era muy grande entre algunas corrientes de estas disciplinas:

“Pedir a los antropólogos que se preocupen por la cultura material es ir contra la corriente dominante.El objeto material simplemente no existe para unos y es despreciable cacharrología para otros...
Las explicaciones de esta actitud pueden ser muy distintas. Podemos decir, justificándonos que los arqueólogos tratan con objetos y nosotros con conceptos...
Existe también un temor hasta cierto punto razonable: que la objetificación propia de los museos acabe cosificando a la disciplina,...merme el carácter experimental de la investigación pura…”
(Carretero Pérez, Andrés (1996) Antropólogos y museos etnográficos)

Esta dicotomía está más superada en la tradición antropológica o arqueológica americana e inglesa. Hace poco que leo a Tim Ingold (gracias Ester!) y conocí más personas en el congreso para las que es un referente. Lo primero que leí de este autor trata directamente este tema:

“Mi propósito, en este capítulo, es sintonizar las perspectivas de la arqueología y la antropología centrándome en la temporalidad del paisaje….
El conocimiento nacido de esta práctica está, pues, a la par con el que nace de la actividad práctica del habitante nativo y que es el que el antropólogo busca aprender y comprender participando en él. Tanto para el arqueólogo como para el habitante nativo, el paisaje cuenta - o mejor dicho, es - un relato, una «crónica de la vida y el habitar»
(Ingold, Tim (2000) The perception of the Environment. Borrador de traducción por Ester Gisbert Alemany)

No soy especialista en ninguna de las dos materias, aunque mi forma de  desarrollar la arquitectura hace que me acerque bastante a estos dos campos de estudio. Así que, como visitante extranjera y como arquitecta con dichas inquietudes, desearía que en As Burgas el propio paisaje narrase más, no sólo en el yacimiento arqueológico, claro, y que lo hiciese de diferente forma: a través del sumatorio de diferentes voces, del planteamiento de preguntas y controversias y no sólo de verdades... Cómo se plasma esto en el paisaje requiere añadirle a ese profesional una buena dosis de actitud de diseño. Seguramente requerirá experimentar y salir de las fórmulas establecidas o tímidas. El proyecto ROJO PAQUIMÉ, de PKMN, puede ser un ejemplo de intervención que fomenta la diversidad en las formas de acercarse a, o interactuar con, un paisaje histórico patrimonial.

Pero volvemos a la escena de partida, ahora ya en la piscina termal de uso público, resultado de un proyecto de intervención en la zona llevado a cabo en 2009, y que incluía además de la piscina, las labores de excavación arqueológica comentadas y la peatonalización de la zona. Porque antes de la intervención As Burgas se habían convertido en una selva:
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(imagen izquierda cedida por el blog Ourense no tempo)
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A la izquierda As Burgas a principios del siglo pasado, a la derecha en la actualidad. Pongo de manera intencionada esta foto de la actualidad y no una más estetizada de las piscinas, porque me sirve para explicar una de las cosas que más me hizo disfrutar del baño, después de la temperatura del agua, fue lo integrado que esta actividad está en la vida urbana de alrededor. Una barandilla fina separa la plaza de la piscina, siendo el material del suelo contínuo. Esta visibilidad, esta integración en el paisaje no es habitual en las piscinas públicas.

Podríamos decir que esta intervención entra dentro de esa forma de entender el patrimonio como un recurso público que ofrece usos para el disfrute contemporáneo, revalorizando una zona durante mucho tiempo en estado de aparente abandono. Lo que desencadenó la declaración como BIC y de ahí el proyecto de intervención, fue la perforación que se produjo en uno de los pozos, perdiendose el 40% del manantial, a causa de unas excavaciones no autorizadas asociadas a la construcción de un nuevo balneario. Las administraciones tienden a justificar las construcciones turísticas como desarrollo local sin hilar fino en qué tipo de construcciones turísticas de verdad contribuyen a una mejora en la calidad de vida y a un aumento de oportunidad de desarrollo para los habitantes locales, y cuales constituyen el desarrollo económico de unos pocos a costa de la pérdida de un recurso hasta ese momento de todos. En el congreso hubieron varios ejemplos de reacciones opuestas al turismo que privatiza lo patrimonial de una comunidad. Es el caso de la Plataforma Ciudadana en Defensa do Castelo de Monterrei, desde el activismo ciudadano o el caso de los trabajos de comunicación y desarrollo de Alba Sud que mostró Ernest Cañada en apoyo del turismo comunitario, como una forma de desarrollo distribuido en el que los habitantes no pierden todo poder de gestión de su territorio.

Volviendo al caso que nos ocupa, se trata de una piscina pública, gestionada con dinero público, que ofrece un servicio al habitante local y al extranjero. Puedo decir que disfruté corporalmente de las cualidades de este espacio, incluso me trasladé un poco a la época romana y a esa sabiduría del placer corporal que ya tenían aquellos. Pero, de nuevo, en sí mismas estas piscinas me contaron poco de las otras historias de este lugar, que podrían haber estado integradas de alguna manera en el proyecto. Porque resulta que en otras épocas la “Burga do Medio”, fue lugar de curtidores y lavanderas, pasando luego a ser el Estanque de las Ninfas”, del que si se conservan el relieve en bronce del escultor Acisclo Manzano. Los habitantes usaban estos manantiales también para escaldar pollos y para cocinar. Pero  la historia que más peso tiene para algunos, que más define este lugar, es la de Os Graxos a Burga.

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La foto es del momento en que un miembro de A Bela Auria está contando-interpretando parte de la historia de Os Graxos a Burga:

“A historia conta que polo ano 1834, dous orfos de 17 anos que non tiñan quen se responsabilizase deles, xuntáronse na costa da alameda. Oito días despois... estableceran o seu lar nun burato artificial, que servía de rexistro, entre a Burga de Arriba e a Burga de Abaixo. A estes dous personaxes uníronlles todos os rapaces que coma eles, se sentían abandonados á súa sorte…”

Al parecer este asentamiento en As Burgas duró muchos años, sucediéndose generaciones de niños abandonados por sus familias y por el sistema y convirtiéndose en un lugar okupado y autogestionado por ellos. El calor de las termas, en el interior de la cueva, hacía posible sobrevivir en este lugar en invierno. Por las noches salían para buscar comida y según cuentan tenían un lema: “Todo es de todos”. No fue un historia anecdótica esta. Dicen, era conocida en toda Galicia y todo escritor gallego de la época tiene algo escrito sobre ellos. Y sin embargo, nada por aquí, nada por allá de esta historia en la materialidad del paisaje, nada que nos haga saber ni intuir que viviern aquí, entre matorrales y aguas termales, Os Graxos a Burga. Siendo, como parece que fue, algo tan identitario de la historia reciente de este lugar, no darle su espacio de representación suena a querer tapar una parte de la historia, una que no es considerada digna o incluso que es considerada por algunos vergonzosa. Nos suena mucho también todo esto.

¿Y por qué a Bela Auria se empeña tanto en visibilizar esta parte de la historia de As Burgas? A Bela Auria es una fiesta histórica de Ourense, no porque lleve muchos años, sino porque recrea los años 20 del siglo pasado, la época de la Xeración NÓS. Va por su quinta edición y es el resultado de la inquietud de habitantes de Ourense que quieren sentirse ciudadanos:

“Houbo un tempo no que o Ourense real e o Ourense imaxinario estaban cheos de grandes figuras. Pola Bela Auria camiñaban Otero, Risco, Ferro Couselo e outros; polas súas páxinas andaban a marear don Celidonio, os celtas, lendas e ideas chegadas de toda Europa. Aquela era a Atenas de Galicia, unha vila de CIDADÁNS e non soamente de habitantes.”

Vamos, se trata de grupos de personas que no quieren que les escriban la historia, sino que quieren ser parte crítica de su construcción, porque eso construye su identidad como habitantes de este territorio. La fiesta consta de muchas más actividades que permiten el disfrute de personas de todas las edades y que se cuida mucho de contextualizar teatralizando relatos concretos de los años 20 en Ourense. Sería esta una forma de entender el patrimonio como aquello con lo que te identificas y que quieres reivindicar, defender, cuidar. Una forma de entender que el patrimonio es algo que se construye en el día a día, por la comunidad, con sus momentos de celebraciones y rituales, necesarios para hacer hermandad. Una forma de seguir construyendo vínculos, mitos y fábulas desde la vida cotidiana y no desde decisiones que tome el poder político de turno.

Pero ojo, tampoco creo que sea bueno construir tu identidad exclusivamente desde las historias de un territorio o de lo que sea, si no se tiene claro que es algo cambiante, que para ser sano, no debe estar por encima de la persona:

“La vida no es la identidad! La vida resiste a la idea de la identidad, es necesario admitir la ambigüedad. A menudo la identidad puede ser vital para enfrentar una situación de opresión, pero sería un error utilizarla para no afrontar la complejidad. No puedes saturar la vida con la identidad3(Judith Butler)

Ante tal heterogenidad de formas de entender lo patrimonial se ve clara la pertinencia del congreso SOPA en sus temas y en la forma de plantearlos, así como la necesidad de herramientas como la redSOPA que permitan analizar desde parámetros comunes todos aquellos trabajos sobre lo patrimonial que deseen trazar los vínculos y las diferencias entre sus modos de hacer y los de otros, como una manera de comprenderse más, de detectar mejoras posibles, de sumar puntos de vista, de seguir aprendiendo. Como esta red está pensada para seguir evolucionando, lanzo aquí una sugerencia a sus artífices: ¿que tal un filtro más (o eje) en la red SOPA que sitúe de donde procede cada iniciativa, proyecto o estudio sobre lo patrimonial? Es decir, si procede de la administración, de la sociedad, de la investigación académica o de la práctica profesional. O de mezclas entre ellas. Esto viene de un esquemita muy sencillo y a la vez muy claro que expuso un ponente (no apunté el nombre) en referencia a los tipos de agentes que intervienen en la gestión de lo patrimonial, los conflictos entre ellos, y la necesidad de que sepamos gestionarlos:



Termino ya (que sí) con algo que varios ponentes remarcaron: la gestión de lo común que nos importa está lleno de controversias, de conflictos. Eso es señal de que está vivo, y la actitud no es intentar taparlos, mostrar una especie de realidad ideal, sino aprovecharlos como motor de investigación y de acción, como campos creativos que fomentan la innovación.
(y si has llegado a leer hasta aquí, sin lectura en diagonal, gracias y disculpas;)



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