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“Dejar que la "“gente reconozca el problema”" una vez terminado el trabajo, significa confrontar a las personas con hechos habitualmente irreversibles en la práctica. El compromiso debe comenzar antes y requiere una comprensión mayor, más elaborada, del proceso por el cual se pasa mientras se producen cosas, un compromiso más materialista”
El Artesano, Richard Sennet


Decidí leer “El Artesano” de Sennet tras la primera charla de una iniciativa que comenzó hace poco más de un mes. Cada semana, un grupo reducido de amigos, nos encontramos para que uno de nosotros exponga a los demás sus modos de hacer, sus procesos de producción.
Lo llamamos “confes de salón”.
No he terminado la lectura del libro, pero quisiera ir subiendo anotaciones, esquemas, conclusiones, críticas, conforme lo leo, porque considero nos será de utilidad en los coloquios.

El “Artesano” es una reivindicación de la cultura material, haciendo una revisión crítica de la “Condición humana” obra escrita por la que fue su maestra, Hannah Arendt:


“A juicio de Arendt, nosotros, los seres humanos, vivimos en dos dimensiones. En una hacemos cosas; en esta condición somos amorales, estamos absortos en una tarea. También anida en nosotros otro modo de vida superior; en él detenemos la producción y comenzamos a analizar y juzgar juntos. Mientras que para el Animal Laborans sólo existe la pregunta “¿cómo?”, el Homo Faber pregunta “¿por qué?”.
Esta división me parece falsa, porque menosprecia a la persona práctica volcada en su trabajo. El animal humano, que es el Animal Laborans tiene capacidad de pensar; el productor mantiene discusiones mentales con los materiales...en el proceso de producción están integrados el pensar y el sentir”.


Esta reivindicación parte de entender la cultura material como algo necesario para la supervivencia de la humanidad. La tradición filosófica de su maestra, Arendt, vuelca toda la responsabilidad sobre el devenir del mundo al Homo Faber, puesto que le considera el creador de los procesos políticos. (En otras partes he leido que Arendt diferenciaba tres dimensiones humanas ante el trabajo: El Animal Laborans, el Homo Faber y el Hombre de Acción. Y que era este último el que creaba la acción política. En cualquier caso, no era el Animal Laborans)
Sennet considera sin embargo que para escapar de la autodestrucción del ser humano, es necesario un materialismo cultural más profundo, dejar de menospreciar el conocimiento práctico, la manera como se hacen las cosas en sí mismas:


“Abierto a los sentidos, el materialista cultural quiere investigar dónde se encuentra placer y cómo se organiza éste. LLeno de curiosidad por las cosas en sí mismas, quiere comprender cómo pueden generar valores religiosos, sociales, políticos. El Animal Laborans seviría de guía al Homo Faber “


Creo que con las “confes de salón” estamos desarrollando un poco este compromiso en nuestros desarrollos personales y colectivos. Cuando acabemos la ronda, la intención es editarlo y publicarlo, pero por ahora el formato hemos querido que sea cerrado a las personas que habitamos y trabajamos, (en mi caso muy temporalmente), en un casa llamada Mandangas, coincidiendo además que entre estas personas existe una gran confianza. 

Continuaré en otros post, que quiero dejar de hacerlos infinitos.

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