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Habitemos, por Elena Cayeiro, título del primer artículo dentro del fanzine nº0 presentación de LFDTV. Transcribo en este post el resto del artículo:
“...Habitar es una manera de ser, una de las “formas” básicas que configuran nuestro existir, pues existimos habitando, y por ello construimos. Habitamos porque somos. ¿Qué significa entonces habitar? “El habitar es la manera en que los mortales son en la tierra”. Se trataría de un habitar que no consiste en la simple dominación técnica y prometéica de la tierra, sino uno que posibilite una actitud de escucha y retroalimentación desde la experiencia.
Nuestra memoria, nuestra identidad, y nuestras formas de entender el mundo que nos rodea se articulan mediante mecanismos cognitivo y narrativos. A veces perdemos de vista el rumbo y esto nos lleva adoptar y creer relatos ajenos muchas veces impuestos como única noción de realidad, pues el sistema capitalista tiene muy bien aprendido su discurso. Es entonces cuando se pierde el rumbo, las identidades se disuelven y nos alienamos. Esto es lo que ha sucedido en nuestras ciudades, pueblos y barrios, y lo que nos ha sucedido a nosotras como ciudadanas.
Lo bueno es que no todo está perdido. Todo puede deconstruirse y volver a construirse. Para ello tenemos que dejar de ser simples clientes pasivos de los espacios que habitamos, de no comprometernos con ellos, de no formar parte de ellos, de no SER ellos. Creemos espacios en los que podamos desarrollarnos independientemente de la estandarización y la homogeneización que nos rodea, que nos aliena con el sistema del “esto no se puede hacer así”. Los espacios son pura potencialidad, y permiten potenciarnos a nosotras mismas y nutrirnos de sus construcciones, las que nosotras mismas podemos llegar a crear.
Para que este (re)descubrimiento sea lo más sincero posible, es necesario que repensemos todo lo que nos han enseñado y cómo lo han hecho, a ser críticas y a establecer nuestras propias formas de crear. Basarnos en principios como la horizontalidad, la implicación en lo común, la autogestión, la autoorganización, y el compromiso que todo esto requiere, pues el empoderamiento colectivo no sólo se construye a través de los discursos, también del trabajo duro. Los espacios los poseen quienes los trabajan, quienes han formado parte de su desarrollo. Es el momento de recuperar las riendas de lo que somos, de construir para habitar, de pensar para habitar. Y eso es lo que intentamos hacer aquí, imaginar para llevar ese habitar a la plenitud de su esencia.
Habitemos, pues. Y si lo hacemos poéticamente, como diría Hölderlin, mejor.”
Habitando, pues. Y viviendo la excentricidad, cada vez más, como poesía.
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(habitando-reconstruyendo colectivamente la finca La Jara, en Jerez de la Frontera, con La Yerbabuena)
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(habitando el Doblao que rehabilitamos en un taller de de-re-construcción, hace tres años)
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(habitando La Serena, con los cinco sentidos y proponiendo talleres para alimentarla con fantasía)
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(habitando LFDTV, e investigando con Multihabitar y los Fabrikantes otras tecnologías de construcción)
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