Brother Klaus Field Chapel, Peter Zumthor

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La "Brother Klaus Field Chapel" es una obra diseñada por el arquitecto Peter Zumthor y construida por sus propios clientes, unos granjeros de la zona, y amigos de éstos.
El proceso de construcción fué el siguiente:

Se construyó colocando 112 troncos de arbol dispuestos en forma de cabaña. Mediante una técnica llamada "hormigón compactado" los granjeros fueron vertiendo durante 24 días, capa tras capa de hormigón en masa sobre la estructura de troncos, dejando una textura parecida a la de la tierra compactada, en el sentido de estratos superpuestos. Posteriormente se incendió el interior para eliminar la madera utilizando la misma técnica que para hacer carbón, ardiendo muy lentamente, y manteniendo este fuego durante tres semanas. El suelo de la capilla fué cubierto con plomo, fundido allí mismo.

Creo que el proceso de construcción de esta arquitectura acompaña a su programa, una capilla. Es decir, es un proceso emotivo, y lleno de simbolismo que le da razón de ser a una arquitectura cuyo uso no puede ser entendido desde una mente puramente racionalista o funcionalista, ni siquiera desde una mente sostenible,...es arte y misticismo lo que mueven esta obra.

Analizando esta obra desde el punto de vista de los parámetros de sostenibilidad socialmente establecidos se llega a la consclusión de que lo único que cumple por entero es que se trata de una construcción que cuenta con la participación de los usuarios, que en este caso son los que la construyen.
No es una arquitectura que ahorre recursos, pues la cantidad de hormigón utilizada es dificilmente considerable como un ahorro de nada.
Tampoco sé si la cantidad de energía utilizada para una construcción tan artesanal es mayor o menor que si se hubiera construido en un par de días con medios mecánicos o industrializados.

Pero es que a mi me parece tan grande el logro de conseguir que la construcción de algo sea un acontecimiento festivo o colaborativo o de aprendizaje creativo....en lugar de ser un proceso odioso.
Y esto no va de autoconstrucción, señores, no nos confundamos. Esto va de que la construcción de arquitecturas tendría infinitos mejores resultados si los obreros (sean éstos los propios futuros usuarios o no) la sintieran un poco suya y se creyeran más artesanos-creativos que robots-curritos, aún trabajando con la última y más avanzada tecnología..

1 comentarios:

davicillo dijo...

En la parte constructiva olvidas esas pequeñas burbujas de vidrio, que comunican el interior con el exterior y que curiosamente iluminan como pequeños puntos de luz esas fachadas rugosas y carbonizadas. Incluso si te asomas desde el exterior a uno de esas burbujas, puedes ver lo que ocurre en el interior, como una pequeña mirilla para quien se asoma por curiosidad. Otro dato importante es que el espacio se culmina en cubierta con un gran hueco por el que llueve el agua, o nieva la nieve.
Por último, la situación de la capilla completamente aislada en mitad de un campo de cultivo, en lo alto de una suave pendiente o promontorio en el territorio, y el tener que caminar desde el parking un kilómetro a través de caminos que no se ven cuando el campo está crecido...
todo esto, con ese proceso tradicional, con la mano de obra local, le dan a esta obra ese carácter tan típico en los espacios de Zumthor. Pura atmósfera..
estuve allí hace un mes y me pareció una joya en mitad del campo.
saludos

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