EL TETRALEMA de las ciudades oasis

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Los proyectos para el reciclaje de entornos obsoletos o en decadencia tienen como dimela progresar o conservar. Las posturas intermedias a este dimela son desarrollo sostenible y dejar desaparecer.

En el caso de las ciudades oasis, los proyectos de cooperación al desarrollo suelen situarse en el cuadrante entre el desarrollo sostenible y la conservación. Frases como "la conservación de la cultura y tradiciones propias" hacen que esté en ese cuadrante y no en el de progreso.
Un proyecto que se situe entre el progreso y el desarrollo sostenible tratará de provocar inovación social mediante la interacción de culturas, nuevos y viejos pobladores. Si las tradiciones del pasado prevalecen o no, será decisión de los habitantes.
Dejar desaparecer también es un opción. Si la población emigra a una ciudad nueva con nuevos servicios, pero sigue manteniendo los vínculos emocionales con la ciudad oasis, entonces se convertirá en una segunda residencia, a la que acudir cuando se celebre cualquier fiesta o evento íntimo.
Si se abandona y no sé mantiene ningún tipo de vínculo emocional, entonces se convertirá en una ruida que puede desaparecer del todo, con el paso del tiempo, o ser "fosilizada" como escenario del pasado y la cultura histórica.

Para mi el proyecto más sostenible es el que permita que estas cuatro opciones sean posibles. Por eso la investigación de mi proyecto final de carrera está en el diseño de entornos cooperativos y colaborativos que provoquen y posibiliten estas cuatro realidades.

Al final se trata de seguir los nuevos principios del urbanismo que enuncia François Asher en su libre del mismo nombre describiendo la metápolis, para intentar aplicarlos o adpatarlo en un ciudad oasis a la que le ha llegado la "tercera revolución urbana moderna" saltandose la revolución industrial.

Dichos principios son: un urbanismo de dispositivos, reflexivo, flexible, heterogéneo, participativo, precavido, estilísticamente abierto, y multisensorial.