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Esta fue la carta abierta que enviamos a los alumnos del Master en Arquitectura de la Universidad de Alicante. La ocupación ya fue, y fue intensa. Así que agradecida a los estudiantes, sobretodo, por hacer que no fuese un simulacro de ocupación, a Mikel Motosierra, porque ha sido bonito y fácil trabajar con él, y a Enrique Nieto y Miguel Mesa, por incitar otros modos de ser y de estar en la universidad:
OCCUPY THE AULA
por María Javaloyes y Mikel Motosierra
CARTA PARA “DAR QUE PENSAR” E INSTAR A LA OCUPACIÓN DE UN AULA
A lxs participantes, estudiantes, profesores y cosas no-humanas del máster:
Un aula,
un estudio,
una casa,
un campo de juegos,
un campo de experimentaciones,
un campo de batallas,
un espacio de fuga,
un centro social,
una fábrica,
un foro,
un aula.
Hola, os escribimos Mikel y María. Hace años, siendo estudiantes, junto a otrxs ocho compañerxs, en su mayoría de la Escuela de Arquitectura de Alicante, alquilamos un local en la ciudad que, podríamos decir, fue una tentativa por tener todos esos espacios listados arriba en un mismo lugar. ¿Por qué lo hicimos? Por el deseo y la necesidad de construir un espacio común para pensar-actuar. Las glorias y miserias que vivimos entre aquellas paredes (y ese techo tan bajo, maldita sea), fueron el germen de muchas otras tentativas que han ido marcando más o menos intensamente las carreras (como estudiantes y como profesionales) de todos los que participamos de aquella primera incursión en lo común.
Ahora vuestros profesores del máster nos han pedido que os ayudemos a ocupar un aula en la universidad. El jueves 15 de octubre, primer día del máster, todxs vosotrxs vais a entrar en un espacio (el aula como lugar físico pero también el máster como espacio educativo) nuevo. Y nuevo significa nuevo para vosotrxs estudiantes-arquitectxs, pero también (y esto es lo mágico del caso) para los profesores y para la Universidad como institución. Esta situación inicial precaria puede ser propicia para ‘instituiros’ vosotrxs también como una especie de órgano-gestor-de-lo-común del máster, cuya sede será el aula, desde donde incubaréis vuestros deseos comunes... Pero, ¿pueden unos estudiantes apropiarse de verdad de un espacio (físico y educativo) tan institucionalizado?, ¿puede un aula de universidad y un master ser un bien común? y ¿por qué este interés en que lo hagáis?
Pensamos que en el siguiente párrafo, la filósofa Marina Garcés responde, mejor de lo que lo podamos hacer nosotrxs, a todas estas cuestiones:
“El conflicto se ha desplazado, en nuestras sociedades desarrolladas, de la fábrica a la universidad. Como explica el Manifiesto de Edufactory: “Así como la fábrica fue en otro tiempo el lugar paradigmático de la lucha entre trabajadores y capitalistas, hoy la universidad es el espacio clave del conflicto, en el que la propiedad del conocimiento, la reproducción de la fuerza de trabajo y la creación de estratificaciones sociales y culturales están en juego”. En este sentido, la universidad ya no es una institución de una clase social cerrada, garante de la cultura nacional. Es una universidad-metrópolis en la que entran en lucha las dinámicas más feroces del capitalismo cognitivo: mercantilización, planificación, precariedad. No son términos antagónicos, son las claves del sistema de dominación actual. Frente a ello, como escriben en Exit, “la autoformación es una línea de fuga de la dialéctica público-privado. Es una construcción de lo común y la forma de organización de los trabajadores cognitivos”. Sandro Mezzadra, en la presentación de Uninomade matiza esta idea de línea de fuga como “una interpretación no pacificada de la idea de éxodo”. El éxodo no se pone fuera: desocupa las instituciones para abrir las brechas del conflicto y rehacerlas desde el antagonismo, desde una subjetividad que pueda ser el nuevo motor de cambio y desde un conocimiento que no quiere ser alternativo sino “oposicional” o de oposición. La autoformación como éxodo, por tanto, se mueve en “lugares de frontera” para apuntar mejor a lo común: “la autoformación no busca la universalidad sino la construcción de lo común”. (DAR QUE PENSAR Sobre la necesidad política de nuevos espacios de aprendizaje. Garcés, Marina. 2010)
Y entonces, ¿Cómo empezamos? De momento os proponemos empezar pensando por ejemplo en esta frase:
Toda ocupación es una ocupación política.
No hay escapatoria, hagáis lo que hagáis, os estaréis posicionando respecto a la Universidad, al máster y, como casi-arquitectxs, a la profesión. Ocupar un aula de la universidad es construir lo común y organizaros como trabajadores cognitivos. Es experimentar las consecuencias políticas del habitar, amueblarlo, decorarlo, mancharlo de determinada manera, limpiarlo, hacer un responsable de las llaves, acordar zonas de trabajo y zonas de descanso, crear y revisar continuamente micropolíticas de uso y gestión de conflictos. Es equipar de forma práctica un espacio para la (auto)formación, la emancipación, la generación de conocimiento, la innovación, el desbordamiento de la institución.
Así, se impone una pregunta cuya respuesta no es una frase ni un párrafo. Es una actitud que debe manifestarse materialmente cada día del máster:
¿Quieres que sea este aula tu espacio de trabajo principal o sólo el lugar donde se dan las clases de un master?
Si la respuesta es la primera, piensa todo lo que necesita tu(s) espacio(s) de trabajo y acción principal actual y, de alguna forma, trasládalo al aula:
- mesas y sillas (tenéis suerte, estas las pone la Universidad y serán vuestras, una por alumnx)
- taquillas con llaves (esto también os lo pone la Universidad)
- regletas (recomendamos tres enchufes por alumno. Si queréis tenerlas permanentemente, y dada la cantidad necesaria, recomendamos que las traigáis vosotrxs)
- portátiles, tablets, cámaras de fotografía, trípodes, proyectores, impresoras ...
- altavoces vs auriculares
- metros, reglas
- cintas adhesivas, bridas, cuerdas, pinzas, alambre..
- tijeras, cutter, guillotina, punzones...
- rotuladores gordos (edding, posca...)
- sprays y stencils
- cajas de cartón para guardar cosas
- pizarras autoportantes
- paquetes de post-it
- lámparas u otros sistemas de iluminación individual
- papeles y cartones de muchos tipos y tamaños
- materiales de maquetas y prototipados
- colchones, colchonetas, pufs, almohadas
- alfombras
- cortinas
- zapatillas de andar por casa
- tuppers con comida, frigorífico y microondas (vasos, platos y cubiertos)
- escoba y recogedor
- posters
- ...
Y a vosotrxs, profesorxs del máster, os corresponde una pregunta simétrica:
¿Quiero que lxs alumnxs se instituyan en el órgano de su propia organización? ¿Cómo me interpela ‘su común’? ¿Qué espacio ocupo yo, cómo estoy...estoy inmerso en sus dinámicas?
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Complementariamente, y como mecanismo para relatarnos en un plano más íntimo de intereses y deseos, os instamos también a que traigáis imágenes impresas, cual colección de cromos, de lo que para cada unx sean sus referentes dentro de las siguientes tres categorías:
- Referentes de identidades: personas y/o organizaciones que seguimos, porque nos interesa, nos inspira su trabajo, su relato de vida…(arquitectxs o no, vivos o muertxs, reales o de ficción…)
- Referentes de ocupaciones: formas de ocupar, habitar, gestionar, espacios comunes, espacios institucionalizados, de forma temporal o permanente, legal o ilegal, directa o metafóricamente relacionadas con la ocupación de un aula...
- Referentes de experiencias propias: vivencias que considerais marcan, o han marcado, de alguna manera, vuestro trabajo, vuestros modos de hacer, vuestros intereses.
Todas estas cosas y otras podrán ocupar permanentemente el aula durante todo el curso. Por supuesto el día 1 de la ocupación es sólo el principio de esta aventura. Pero creemos que es un día especial, de celebración y de balbuceos de objetivos comunes. Os esperamos frente al aula del máster, el día 15 de octubre, a las 11.30h.
Con afecto,
María y Mikel
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